La bicicleta

Abrió la verja, aparcó la bici, pero no se molestó en asegurarla. Entró al piso, se fue despojando de objetos y ropa camino del baño. Agua caliente. Salió secándose el pelo con la toalla. Abrió la nevera, cogió un trozo de la tortilla que había sobrado la noche anterior. Qué diferencia puede haber de un día a otro, pensaba mientras le daba un mordisco. La tortilla ya no estaba recién hecha ni a ella la esperaba ya un beso al llegar a casa.

Miedo

El miedo es un sentimiento muy poderoso.

Te paraliza.

Te quita capacidad de expresión, poco a poco.

Primero las ideas, que ya no sabes cómo comunicar.

Luego los gestos.

Quiero poder ir de la mano con mi chica.

Quiero poder besarla en publico.

Quiero darlo por hecho.

Sonia_1978: cuarta parte

No sé por qué acepté volver a quedar para un café, me da corte decir que no, y tampoco es que tuviese nada mejor que hacer. Tocamos la política, y acabó llamándome ignorante y fanática. Bueno, no lo dijo con esas palabras pero lo estaba pensando. Lo sé. Me juzga todo el rato. Es una altiva. Esa mirada, ¿qué quiere de mí? Yo soy como soy y pienso como pienso. Además que ella me diga a mí racista es el colmo. Ella es la que tiene pasta, ella es a la que no le importan los refugiados, ¿por qué tiene que criticar dónde compro el café o la ropa? Las empresas dan trabajo. Cuando me estaba poniendo ya de los nervios va y me suelta: te ves muy guapa cuando te enfadas. ¿Guapa? Ya sabía yo que ella no era perfecta. Tortillera.

Esta historia es parte del proyecto de visualización queer Radicalxs Librxs: @radicalxs_librxs (Instagram)

Sonia_1978: segunda parte

Nos pusimos a hablar porque, bueno, estábamos ahí para eso; aunque la mayoría no se hubiese enterado y se empeñase en hablar solo con los pocos a los que ya conocía. No me cayó ni bien ni mal. Me hizo pensar en la tía Lola, que siempre decía que la indiferencia es peor que el odio. Resulta que, bueno, compartimos idioma y los pocos meses y menos amigos que teníamos en este país donde nos habíamos venido a buscar la vida. Me sentía en el compromiso de seguirle la conversación. Cuando nos despedimos, me pidió el número de móvil y me dio el suyo, ¿cuándo volvemos a quedar?

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Sonia_1978: primera parte

Fue un desastre. Toda la noche fue un auténtico desastre. Estaba en esa fiesta para conocer gente. Fui sola. Allí me quedé en un rincón, tomándome la copa de vino más cara del mundo. Cogí esa copa con todas mis fuerzas a penas me la sirvieron, por lo que me costó y porque me servía de ancla. Vi las banderas de papel y supuse que ese era el grupo de la comunidad internacional. Me acerqué, me presenté, hablé con la que tenía al lado un rato más bien corto. Bebía demasiado de prisa por no saber qué hacer. Me puse hablar con el que tenía al otro lado. Expat en toda regla, con un trabajo de esos que suenan a que está forrado pero que nadie sabe exactamente qué hace. En cuanto pude, me cambié de sitio, a un rincón.

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Anna_1983: quinta parte

Llegó la Navidad y con ella la primera discusión. ¿Cada una por su lado o ha llegado el momento de conocer a la familia? El terrible momento de descubrir las peculiaridades de las personas con las que pasa su tiempo. Las familias me dan siempre un poco de miedo. La gente actúa de otra manera cuando está en su nido. Ya te contaré cómo fue después de las fiestas.

Sí, claro que le he comprado algo. Nos conocimos en una biblioteca así que le voy a regalar un libro.

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Anna_1983: cuarta parte

Me la volví a encontrar en la misma biblioteca unos meses después. Me saludó con una sonrisa. Primero pensé en buscarle alguna excusa por no haber tenido tiempo de volver a quedar, pero ella no parecía necesitarlo. Fue allí dónde comenzó a parecerme interesante. Me quedé pensando en la oportunidad que había dejado pasar mientras ella subía al segundo piso. Fui tras ella y le dije que lo mismo me pasa con la poesía. Nunca entiendo la belleza de los poemas la primera vez que los leo. ¿Te apetece un café?

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Anna_1983: tercera parte

Me hizo caminar como un cuarto de hora, mira que no hay cafés por doquier, pero ella tenía uno en mente. Recuerdo que me pareció un poco tonto. Supongo que esa fue la primera señal. No me interesaba, pero yo le interesaba a ella y eso me gustaba.

Me ha pasado varias veces desde entonces, incluso he tenido relaciones con personas que nunca quise solo por lo bien que sienta estar con alguien a quien le pareces especial.

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Anna_1983: segunda parte

Cuando la autora por fin se calló, me le acerqué a la rubia. Fui poco a poco, como quien no quiere la cosa. Una mirada, un paso. Me miró sonriente y educada. Cuando estoy por soltarle una frase cliché, de esas de las que te arrepientes después, viene una señora y le habla. Era su madre. Habían ido juntas a la presentación del libro. Claro que se me cortó el rollo. Me quedé como en pausa unos instantes. La chica me tocó el antebrazo como quien indica que ya hemos acabado la conversación y me dice que mañana a eso de las 19 va a venir a echarle un vistazo a unos libros.

A las 18:50 yo ya estaba ahí. Y ella también. Ni siquiera entramos a la biblioteca, nos fuimos directo a por un café.

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Anna_1983: primera parte

En una biblioteca. Sí, en serio. Me llevó mi hermana. Una presentación de un libro. No, nada interesante, alguna tesis doctoral sobre lingüística. Ya sabes, mi hermana la filóloga. Me estaba aburriendo un montón, te lo podrás imaginar. Me conoces. Cuando me doy cuenta de que una chica teñida de rubia y con un vestido de flores no hacía otra cosa que mirarme y sonreírme. Primero me giré de un lado a otro para asegurarme de que me sonreía a mí. Yo estaba ahí pensando que no, no, esta no me está mirando a mí,no, no.

¿Con ese vestido? No, no puede ser bollo.

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